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José Antonio Barrios o la garra del “Tigre”

BARRIOS: LA GARRA DEL “TIGRE”

José Antonio Barrios lo ha sido todo en el CD Tenerife: jugador en dos épocas, directivo, secretario técnico, entrenador ayudante o primer entrenador… es uno de esos ejemplos de ‘birrias’ hasta la médula.

BOTA HELIODORO / ACAN

José Antonio “Tigre” Barrios es un personaje fundamental en la historia del fútbol tinerfeño y del tinerfeñismo. Coincidió con Johann Cruyff en el FC Barcelona, fue secretario técnico del CD Tenerife cuando se retornó a Primera y desarrolló una larga carrera como entrenador: San Lorenzo, Orotava, Mensajero, Vitoria de Setúbal, Granada, Esperanza, Gáldar y el propio CD Tenerife.

BARRIOS: LA GARRA DEL “TIGRE”
BARRIOS: LA GARRA DEL “TIGRE”

Accedió al representativo en edad juvenil, durante la temporada 65/66, cuando los blanquiazules militaban en Segunda División. Su creciente actividad realizadora, que le llevó a proclamarse máximo goleador del grupo Sur (67/68), con 15 tantos, despertó el interés de varios clubes.

En este punto, la historia de Barrios simboliza una historia otras veces repetida: la de la emigración. Si Joaquín Cárdenes y Ángel Arocha fueron los pioneros, en los años veinte del pasado siglo, después hubo muchas más figuras que abandonaron la Isla para triunfar en la Península. Gabriel Jorge, Pancho Arencibia, Luis Molowny o Foncho son solo algunos de ellos. Los que alcanzaron la internacionalidad absoluta, una instancia que también disfrutaron los palmeros Rosendo Hernández y Miguel González, aunque estos nunca militaron en la entidad blanquiazul. En la década de los sesenta el éxodo fue mayor: Ñito, Colo, Santos, Martín Marrero, Justo Gilberto, José Juan… Y algunos, como Santos o Martín, también pudieron debutar con La Roja, según cuentan Juan Galarza y Luis Padilla en su libro El CD Tenerife en 366 historias.

Llegó un momento en el que el representativo dejó de ser visto como un objetivo para convertirse en un trampolín. Y casi siempre, con escala en Gran Canaria. Así, tras rechazar una oferta por Barrios de la UD Las Palmas –por temor a una reacción adversa de los aficionados– y otra del Sevilla, el 14 de febrero de 1969 los dirigentes blanquiazules, con Eduardo Valenzuela a la cabeza, aceptaron la propuesta del Granada.

Vender jugadores para tapar la enorme deuda del club era una obligación y, para entonces, Barrios ya había debutado como internacional juvenil y había acudido a los Juegos Olímpicos de México 68. Y el Tenerife había caído a la Tercera División tras una reestructuración salvaje de la categoría.

El Granada se hizo con sus servicios debido al interés mostrado por su entrenador, Joseíto, quien conoció a Barrios en sus inicios. En unión de otros dos canarios, el portero Ñito y el extremo Vicente, el Tigre defendió los colores del Granada durante más de tres temporadas.

Y una vez más, su olfato goleador le iba a servir para escalar nuevas posiciones: con 23 años fichó por el FC Barcelona, donde coincidió con otro paisano, Juanito el Vieja. Durante su primera campaña como azulgrana (72/73) se hizo con la titularidad y marcó ocho goles.

Sin embargo, en la siguiente se vio eclipsado con la llegada de Cruyff y apenas jugó tres partidos en la temporada del título liguero. Como el holandés le cerraba el paso, Barrios decidió cambiar de aires. El Zaragoza se mostró muy interesado en sus servicios, pero el Barça no quería reforzar a un rival directo. Al final marchó al Hércules, a petición de Arsenio Iglesias.

En la campaña 78/79 jugó en el Levante, en Segunda B, conjunto con el que logró ascender a Segunda. Ya con 31 años regresó al CD Tenerife. Y lo hizo para jugar gratis en un equipo entonces en Segunda División B. Pasado el tiempo sería vicepresidente, secretario técnico y entrenador. Porque el CD Tenerife siempre fue, y es, su amor.

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