1972-1973: El rescate a tiempo de Héctor Núñez

Resuelto el encargo de la permanencia en Segunda, Héctor Núñez regresó a Valencia, su residencia habitual, y el club encomendó la dirección técnica a Ignacio Eizaguirre. Tras cuatro jornadas aciagas, se volvió a recurrir al uruguayo para lograr la salvación.

WEB CDT / ACAN

Sin marcar un gol en las tres primeras fechas, la siguiente aparición en el Heliodoro Rodríguez, ante el Baracaldo, tuvo tintes de final. Pero, el marcador no se movería y la grada exigió la vuelta de Núñez. Su retorno fue balsámico, haciéndose fuerte nuevamente como local. Eludido el descenso, quedaba la promoción.

Calor de hogar. El modelo de competición obligaba a disputar una eliminatoria de promoción —o permanencia— entre los cuatro clasificados por encima del cuarteto descendido y los subcampeones de Tercera. El rival de turno fue el Ensidesa, de la localidad de Avilés, que debía visitar primero la isla. Consciente del potencial de su equipo en campo propio, Núñez dispuso sobre el campo de toda su artillería. Y le fue bien, porque el 6-2 cosechado en el marcador resultó una renta más que suficiente.

La reconversión de Felipe. El plantel tinerfeñista apenas registró cambios respecto al año anterior, salvo la incorporación del uruguayo Caamaño, por la vía del contingente de oriundos. Crecía el protagonismo de talentos locales, como Medina, Jorge y Cantudo, e irrumpía con fuerza el extremo orotavense Felipe, que antes de concluir el curso fue traspasado a la UD Las Palmas. Lo curioso del caso es que su eclosión se demoró seis años, cuando Miguel Muñoz halló en él condiciones de defensa central.

Bodas de Oro. El preámbulo de la temporada tuvo forma conmemorativa, en torno a la efeméride del medio siglo fundacional (1922-1972). El acto cumbre fue la celebración de un triangular, junto al Peñarol de Montevideo y el Honved de Budapest. Los húngaros se hicieron con el trofeo puesto en juego y la cita acabó por convertirse en el último acto de González Carrillo al frente del club. La federación designó presidente accidental a Domingo Pisaca, quien ostentaría el cargo hasta junio de 1973.

Segunda División