Noventa y dos años después de su primer partido en una competición nacional, el CD Tenerife cumplirá mañana en el Carlos Tartiere su partido tres mil de este rango, un contador que puso en marcha el 10 de abril de 1932 en otro campo histórico como el valenciano de Mestalla. Citado aquel domingo en la ida de los dieciseisavos de final de la entonces Copa de la República, nada pudo imaginar el once alineado por Andrés Abrisqueta la trascendencia que alcanzaría con los años ese encuentro al que siguieron 2.998 repartidos en tres categorías, promociones de ascenso o permanencia, la extinta Copa de la Liga y el propio torneo copero bajo sus tres denominaciones.
Dos décadas privado de crecer.- La condición geográfica explica las peculiaridades de la trayectoria del CD Tenerife en el fútbol nacional, pese a que en los numerosos amistosos que jugó en la Isla, en Madeira o en la Península en los años veinte y treinta demostró –con juego y resultados– que tenía talla suficiente para ser uno más de la élite española. Así condicionado por la lejanía del Archipiélago en una época en la que solo podía desplazarse al continente en barco, tuvo que esperar treinta años hasta que se le permitió participar en la entonces Copa de la República –en la que repitió en 1934 y 1940 tras el debut citado– y casi veinte más hasta que la Federación Española abrió la mano, en el curso 49-50, a que los equipos canarios pudieran disputar promociones de ascenso a la Segunda División.
El primer once.- El CD Tenerife se desplazó por mar hasta Cádiz en el correo Villa de Madrid con una expedición encabezada por su secretario general, José Díaz Prieto, acompañado del tesorero Matías Guigou y el directivo Alberto Abrisqueta, que también ejercía por entonces de entrenador. Ya en la Península se incorporaría Rafael Morera, que durante tres temporadas había militado en el Real Madrid. Y sin tiempo para adaptarse a un terreno de césped desconocido para ellos, el Tenerife alineó en Mestalla a Cayol; Llombet, Pepe Fernández; García II, Esquivel, Arsenio Arocha; Torres, Rancel, Arencibia, Semán y Luzbel. Aquella contienda novedosa en todo acabó en tablas gracias al gol postrero de Arencibia m.81). Desplazado una semana después a Sevilla para afrontar la vuelta, un Tenerife con tres lesionados (entre ellos el portero Cayol en el descanso) cayó eliminado (4-1, Rancel) con una actuación arbitral que anuló un gol legal y le sancionó con un penalti inexistente.
Cifras globales.- Desde su nacimiento el 8 de agosto de 1922, el CD Tenerife ha disputado 3.422 partidos oficiales, de los que 407 fueron en competiciones de carácter insular y 16 en la Copa de la UEFA. El 87,64% restante se corresponden con 2.699 encuentros de Liga en el podio de categorías nacionales (Primera, Segunda y Segunda B o Tercera División) y 300 en competiciones con otro formato: la Copa del Rey (de la República o del Generalísimo, según las épocas como se apellidó al Campeonato de España), promociones de ascenso (a las tres divisiones citadas) y la desaparecida Copa de la Liga, celebrada solo entre 1983 y 1986. El balance de resultados es favorable para el equipo blanquiazul, que ganó 1.150 veces, perdió en 1.078 y acabó en tablas en 771. El cómputo de goles también está del lado birria: 3.944 por 3.621. Por categorías, la Segunda División fue el hábitat natural del CD Tenerife desde su ascenso al escalón de plata el 31 de mayo de 1953. Aquí disputó casi seis de cada diez citas (1.783 para un 59,45%), mientras que el resto se reparte, por este orden, entre las 494 en Primera División (16,47%), 308 en Segunda B/Tercera (10,27%), 256 en la Campeonato de España (8,54%), 36 (1,20%) en liguillas y promociones y ocho (0,27%) en la única edición (82-83) de la Copa de la Liga en la que participó.
Jugadores alineados.- El listado de futbolistas que más jugaron con el CD Tenerife según este criterio varía ligeramente en sus diez primeras posiciones, aunque los puestos del podio no se alteran. Primero seguiría siendo Alberto Molina y sus 413 partidos, seguido de Toño Hernández (385, restados los dos que jugó en la Copa de la UEFA) y Aitor Sanz (363). Aún descontados los quince en Europa, Felipe Miñambres sería cuarto (342), por encima de Suso Santana (337), y en la sexta plaza se permutarían Santiago Villar (256 sin las 64 presencias en competición local) y Pepito Reyes (303). En una relación que aun cerrería Carlos Ruiz (286), octavo y noveno también se modificarían al superar Justo Gilberto (288) a Chano (277), aunque los 16 que pierde el recordado extremo derecho de la década mágica en Primera le permiten ser el único jugador blanquiazul que jugó las 16 comparecencias en la competición continental.
El cetro de Julito.- Aunque el pichichi absoluto del CD Tenerife es Antonio Pedrero, el Loco, con sus 164 goles en las catorce temporadas que jugó para el representativo, si solo se toman los 2.999 partidos en competiciones nacionales el honor corresponde al madrileño Julio Alonso Arribas, Julito, que firmó 112 aciertos –además de tres en la liga insular que puso a los blanquiazules a las puertas del ascenso a Segunda División– , por delante de Juan Pizzi (89 en solo cuatro cursos) y el mismo Antonio (83, a los que añade 81 en la etapa insular-regional). Del cuarto al décimo lugar no cambia el orden, pero sí avanzan un puesto cada uno, Nino (80), José Juan y Víctor Celso (74), Rommel Fernández (63), Justo Gilberto (55) y Chalo (54). Y entra Agustín Lasaosa (49). ¿Y el cuarto lugar del top 10 absoluto? Ese honor es cosa de Bernardino Semán, un extremo prodigioso –fallecido prematuramente con solo 33 años– con breve paso por FC Barcelona y RCD Espanyol, que firmó 83 goles fuera del fútbol nacional y uno más al Hércules en el cruce de vuelta de la Copa del Generalísimo 33-34.
Fotografía
Sevilla FC-CD Tenerife
Campo de Nervión (Sevilla), 12/5/1940
R16 (ida) de la Copa del Generalísimo 39-40
Domingo, Chicote, Morera, Abel, Luis, Guiance, Eusebio (de pie); Victoriano, Conrado, Mota y Nieto
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