
Dentro del referido grupo de canteranos figuraban también Víctor, Diego, Humberto, Mini, Alberto, Berto o Joseíto, entre otros, a quienes se fueron sumando algunos jugadores peninsulares, más duchos en la competición (Belmonte, Abad, Navarro, Larrañaga…). Con todo ello, Manolo Sanchís, que continuaba al frente del grupo, recibió la encomienda de sacar al CD Tenerife, cuanto antes, de aquella nueva categoría creada solo un año atrás.
A Monsi le tocó debutar con el primer equipo en su estreno en casa, en medio de un ambiente hostil, con ocasión de la visita del Zamora, que se adelantó en el marcador a los 21 minutos y acabó por llevarse el triunfo. Más adelante, en la octava jornada, de visita al Lugo, Sanchís volvió a contar con Monsi, que suplió en el descanso a un primo suyo, el veterano Pepito Reyes. Había que remontar un 2-0 adverso, pero no fue posible y la derrota le costó el puesto al míster.
Con Romero en el banquillo, el joven delantero no volvió a saltar al campo y entró en dinámica con el Tenerife Aficionado, filial del representativo, que por entonces militaba en Preferente, antes del nacimiento del grupo canario de Tercera División. Fue en esta categoría donde más se prodigó, a partir del curso siguiente, reconvertido en defensa y completando nueve temporadas con el Toscal, Güímar y Águilas Atlético. DEP
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