Tras un paso efímero por el Tenerife, triunfó en el FC Barcelona, con el que disputó en 1961 la final ‘maldita’ de la Copa de Europa
ACAN
Alfonso María Rodríguez Salas (1939-1994) fue un futbolista exquisito. Lateral derecho de largo recorrido y gran técnica, se retiró con solo 29 años, pero tras jugar trece temporadas como profesional y dos partidos con la selección española en 1961. Militó durante siete años en el FC Barcelona, con el que ganó una Copa del Generalísimo y una Copa de Ferias… y perdió la final de la Copa de Europa de Berna, en 1961. Como azulgrana disputó casi 150 partidos oficiales y, en su trayectoria al más alto nivel en cinco clubes diferentes, completó más de doscientos.
En este periodo jamás fue expulsado o amonestado, excepto en su despedida, en un partido ante el Ferencvaros húngaro, por un error del árbitro austriaco Wohrer. “Era un lateral muy completo, con buena zancada, correoso en la marca y que nunca se complicaba. Además, era una persona extraordinaria, maravillosa”, explica Juan Padrón, compañero suyo en el CD Tenerife y en el San Juan de La Laguna, donde, además de jugar, ejercía de secretario y diligenció la primera ficha federativa de Foncho.
Nacido el 29 de abril de 1939 en La Laguna, se había formado en el San Juan, el Arenas y el Canarias, antes de incorporarse al juvenil Tenerife en el curso 55-56, aunque todas las temporadas disputaba un par de partidos con el primer equipo, entonces en Segunda División, donde Carlos Muñiz le da la oportunidad de debutar con sólo 16 años. Su poderoso físico (1,83 metros) le lleva a no desentonar con los profesionales, con los que solo juega once partidos en sus tres cursos como blanquiazul.
La campaña 58-59 la juega en el Eldense y el curso siguiente ficha por el Murcia, donde llama la atención de Enrique Orizaola, uno de los técnicos del FC Barcelona. “No sé cuál es mi demarcación, pues en Murcia jugaba últimamente de central, aunque también lo he hecho de extremo derecho, de centrodelantero, de interior retrasado, en los dos puestos de volante y en las tres posiciones de la defensa”, explicaba al llegar a la Ciudad Condal, donde la prensa le bautiza, por su aspecto, como “el Gensana canario”. Ya en el Barça, no conoció otra posición que la de lateral derecho.
Foncho jamás marcó un gol en las ocho temporadas en las que militó en Primera, pero sí lo hizo en su debut con la selección española, el 19 de abril de 1961 en Cardiff (País de Gales), en partido de clasificación para el Mundial de Chile 62. Hasta ese día, Foncho solo había jugado 15 partidos en la élite, pero había llamado la atención del seleccionador, Pedro Escartín, por su espectacular rendimiento en un FC Barcelona en el que había desplazado al mítico Fernando Olivella.
El Real Zaragoza fue la última escala en la carrera de Foncho. Roque Olsen, que ya lo había entrenado en el Barça, recomendó su fichaje en la campaña 67-68, aunque a mediados de temporada el defensa tinerfeño solicitó la baja para dedicarse, ya retirado, a sus negocios en la Ciudad Condal, donde siempre fue reconocido por su activa implicación en la asociación de antiguos jugadores del FC Barcelona.
