El guardameta tinerfeño defendió los colores del equipo de su tierra, equiparándose a los grandes de la época, como su paisano Emilio Baudet y al mismísimo Ricardo Zamora.
BOTA HELIODORO / ACAN
Gilberto Cayol (Santa Cruz de Tenerife, 1908-1959) ha sido uno de los porteros más emblemáticos de la historia del CD Tenerife. Tuvo la difícil tarea de sustituir a otro mito en la portería blanquiazul, Emilio Baudet, al que terminaría igualando en méritos y carisma.
Llegó al CD Tenerife en 1926, con solo 18 años. A partir de ahí se labró una carrera extraordinaria. Su prestigio fue aumentando más allá de las fronteras canarias conforme visitaban la Isla los grandes clubes de la época o cuando, de manera aislada, el CD Tenerife jugaba algún amistoso en la Península.
RCD Espanyol, Club Atlético de Madrid, FC Barcelona y, sobre todo, Real Madrid CF asistieron asombrados a varias de sus exhibiciones bajo los tres palos. Especialmente significativos fueron sus partidos ante el conjunto blanco que, en julio de 1932 y en junio de 1935, realizó giras por la Isla con un bagaje pésimo.
El CD Tenerife ganó cuatro de esos compromisos y empató los otros dos, amparado siempre en las sobresalientes actuaciones de Cayol, que ensombreció, incluso, al legendario Ricardo Zamora, cuya visita se anunció a bombo y platillo. A la hora de la verdad, el gran héroe estaba en casa.
Curiosamente, entre medio de ambas giras, en la campaña 33/34, Cayol militó en las filas del Real Madrid CF, colaborando en la consecución del subcampeonato de Liga. Debutó en un compromiso ante el RCD Espanyol (3-2) el día 31 de diciembre de 1933, aunque solo disputó seis encuentros en los que encajó nueve goles. Nada más terminar el campeonato, regresó al CD Tenerife, después no llegar a un acuerdo para su renovación. Se retiró en 1939 vistiendo los colores del representativo.
Cayol cubrió una etapa muy larga con el CD Tenerife y coincidió con varios jugadores que luego harían carrera en la Península, casos de Rafael Morera (Real Madrid CF), Joaquín Cárdenes (RC Celta), Argeo Semán (FC Barcelona y RCD Espanyol), José Rancel (Real Betis), Juan Chico Díaz, Chicote (Real Sporting) o Francisco Arencibia (Atlético Aviación), entre otros.
Los que le vieron jugar cuentan que fue un portero de gran corpulencia, que destacó siempre por su intratable seguridad bajo palos. Además, la envergadura de sus brazos le convertía en un muro infranqueable en todos los balones altos.
