La temporada bajo el mando del entrenador chileno, con una permanencia ‘a secas’, ejerció de puente entre las exitosas etapas de Valdano y Heynckes.
ACAN
El año I después de Valdano dio pie a una campaña con muchos cambios. El Tenerife escogió a Vicente Cantatore como sustituto del técnico hispano-argentino, pero lo cierto es que no cuajó. La eliminación copera ante la UD Las Palmas y una liga sin alardes marcaron una temporada discreta.
Adioses, regresos y bienvenidas. El verano del 94 generó un carrusel significativo de novedades. A la marcha de Jorge Valdano y Fernando Redondo al Real Madrid, se unió la salida de Pier y Dertycia, dos emblemas del que hasta entonces se había catalogado como el mejor Tenerife de la historia. Por contra, el club gestionó el regreso de Juan Antonio Pizzi, que había estado un año cedido en el Valencia, y realizó un fichaje sonado, el de Juanele, mundialista en Estados Unidos y figura en ciernes del fútbol español. Además, llegaron Ramis, Víctor, Vivar Dorado y dos guardametas argentinos, Ojeda y Buljubasich.
Un técnico experimentado. La herencia de Valdano fue a parar a las manos de Vicente Cantatore, un experimentado técnico sudamericano que venía avalado por una amplia trayectoria en el fútbol español, incluidas dos incursiones de mucho mérito en el Valladolid y el Sevilla. El argentino, nacionalizado chileno, no pudo sin embargo repetir los éxitos de su antecesor en el cargo porque el listón estaba muy alto. Y eso que lo probó todo, incluso la alineación de Felipe como falso lateral, pero su proyecto no cuajó. A eso hay que añadir la ofensa que supuso la eliminación de la Copa del Rey a manos de la UD Las Palmas, que entonces militaba en Segunda B.
Y un balance con poco que destacar. Más allá de la fiabilidad de Juan Pizzi como goleador (tercera quincena de tantos en su tercer curso en el club), la temporada del Tenerife fue discreta, salpicada por alguna que otra alegría como un 2-1 ante el Barça en un partido loco tras ser expulsado Ojeda en el minuto 20 por cometer penalti, fallar el tiro de castigo Koeman y remontar el gol de Amor (61’) gracias a los aciertos de Ramis (71’) y Llorente (85’). El equipo blanquiazul finalizó decimoquinto, un punto por encima del último puesto de promoción, y dio por cerrada la estancia de Cantatore en el banquillo insular.
Primera División
|
|||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||