Tras debutar más tarde de lo habitual para su época, destacó como fino centrocampista y formó una dupla de medios inolvidable junto a Jorge Fernández.
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Manuel Medina Molina (Santa Cruz de Tenerife, 1948), cariñosamente conocido como el ‘Viruta’, fue uno de los jugadores más valiosos del CD Tenerife de la década de los 70, simbolizando como pocos la tradicional clase del futbolista isleño. En sus siete temporadas con el primer equipo, Medina firmó 183 presencias y 27 goles.
Luego acabaría su carrera profesional en la UD Levante —donde volvería a coincidir con el guardameta navarro Alberto Lanas—, al que ayudó, en la primera de sus dos campañas como granota (60 partidos), al ascenso a la categoría de plata en 1979. De regreso a la Isla, colgó las botas en el CD Puerto Cruz.
Medina tuvo un paso fugaz por la Primera División que todavía hoy resulta difícil de comprender a la vista de la calidad que atesoraba. La regularidad mostrada en Segunda con el Tenerife, sobre todo entre 1972 y 1976, sólo se vio recompensada con una cesión a la UD Las Palmas, en la segunda vuelta de la campaña 75-76, que no terminó de cuajar en traspaso. Sin embargo, sus nueve participaciones con los amarillos, que incluyen un gol al Atlético de Madrid, contribuyeron a una apurada permanencia con Heriberto Herrera en el banquillo grancanario.
Antes, a comienzos de la década, hasta cinco técnicos (Héctor Núñez, García Verdugo, Eizaguirre, Moll y Negrillo) hicieron de Medina un fijo en sus alineaciones, tal era la calidad que atesoraba en la conducción, el regate y el pase. Aquel joven que eclosionó ‘tardíamente’ en el profesionalismo tras formarse en el San Gabriel, Mestalla, Victoria Española, Arenas, Tenerife Aficionado y Real Unión sabía también marcar: en sus cuatro primeros cursos como blanquiazul (entre 1971 y 1975) hizo una media de seis dianas por temporada. A la vuelta de la UD Las Palmas, Moreno y Sanchís también lo tuvieron entre sus titulares, pero el descenso a Segunda B (77-78) precipitó su salida del CD Tenerife.
Aunque sus mejores actuaciones se desarrollaron con el número ocho a la espalda, como interior derecho, llegó a actuar también como exterior y medio punta. Los aficionados blanquiazules recuerdan con nostalgia la dupla que formó con Jorge Fernández en el centro del campo blanquiazul, antes de la marcha del ‘diez’ a Las Palmas.
