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Everton evoca su gira 85 años después

Julio Fernández atrapa el balón ante Dixie Dean y bajo la atenta mirada de Rafael Morera, en el tercer partido jugado en el Stadium (EVERTON FC HERITAGE SOCIETY)

Emisarios del CD Tenerife gestionaron en 1934 con el alcalde de Liverpool, George Alfred Strong, la disputa de tres amistosos con el equipo británico.

BOTA HELIODORO – 8 marzo 2020 / JUAN GALARZA

“El Club Deportivo, en su deseo de complacer a la afición de Canarias, que viene pidiendo reiteradamente el desplazamiento a las islas de un equipo inglés, comenzó a realizar hace algún tiempo gestiones para lograr la visita de uno de los más poderosos conjuntos profesionales de la Gran Bretaña”.

Así se iniciaba el texto publicado el 20 de abril de 1934 por el periódico La Prensa en el que daba cuenta de la contratación del Everton como próximo rival del representativo, en una gira a tres partidos, que tendría lugar entre los días 20 al 27 de mayo. El anhelo de enfrentarse a un cuadro procedente de la cuna del ‘football’, tras la experiencia llevada a cabo con una decena de conjuntos peninsulares, iba a hacerse realidad.

Más de 85 años después, el hecho todavía se recuerda en territorio británico. El pasado 28 de febrero, la cuenta en Twitter de Everton FC Heritage Society, colectivo de seguidores que investiga y divulga la historia de los “pross”, publicaba una fotografía correspondiente a uno de aquellos lances, bajo la siguiente leyenda: “Dixie Dean desafía al arquero durante un partido en Canarias, en mayo de 1934. El Everton venció dos veces al CD Tenerife”.

Lo cierto es que el Everton no fue la primera opción perseguida por los rectores isleños, que habían fijado sus miras en el Manchester City. De hecho, ya existía una promesa para hacer posible la presencia de los ‘cityzens’ en nuestra capital. Sin embargo, sus directivos acabaron desistiendo del viaje “por no ser compatibles las fechas libres con otros compromisos adquiridos recientemente”, según se dijo.

Ante este contratiempo, los dirigentes locales iniciaron contactos con el Everton, que era el vigente campeón de la Copa de Inglaterra, tras imponerse –precisamente– al Manchester City. Las gestiones fueron encomendadas a Arturo Spragg y Manuel Cruz, dos auténticos prohombres de la sociedad santacrucera y del tinerfeñismo. El origen británico del primero y la amistad del segundo con el mismísimo alcalde de Liverpool, George Alfred Strong, tenían que surtir efecto.

“El señor Strong, que como se sabe es un gran amigo de Tenerife y accionista del Everton, ha telegrafiado al señor Cruz, comunicándole que el equipo está dispuesto a jugar solo tres partidos en Tenerife, en las siguientes fechas: 20, 24 y 27 de mayo”, se indicaba en la noticia confirmatoria de la gira.

Julio Fernández atrapa el balón ante Dixie Dean y bajo la atenta mirada de Rafael Morera, en el tercer partido jugado en el Stadium (EVERTON FC HERITAGE SOCIETY)
Julio Fernández atrapa el balón ante Dixie Dean y bajo la atenta mirada de Rafael Morera, en el tercer partido jugado en el Stadium (EVERTON FC HERITAGE SOCIETY)
Everton evoca su gira 85 años después
Everton evoca su gira 85 años después

Eso sí, se advertía también que “tratándose del mejor equipo de Inglaterra, las condiciones económicas son bastante elevadas, pero la directiva del Club Deportivo, confiada en que la afición sabrá corresponder ampliamente al esfuerzo que se va a hacer, telegrafió ayer al alcalde de Liverpool, por mediación del señor Cruz, aceptando íntegramente las condiciones estipuladas en su telegrama”.

Como era de esperar, la afición respondió. Y no solo la tinerfeña. Desde Gran Canaria y La Palma partieron hacia Santa Cruz expediciones de seguidores que no querían perderse la primera visita a las Islas de un equipo profesional de Inglaterra, el único capaz de ganar un mismo año la Copa y la Liga de su país. Un cuadro que disponía en sus filas de hasta siete internacionales (cinco ingleses, un escocés y un galés), entre los que sobresalía Dixie Dean.

Tras cinco días de navegación a bordo del vapor Dunbar Castle, además de una escala en el Puerto de la Luz grancanario, la expedición del Everton llegó a Santa Cruz en la tarde del 15 de mayo. El presidente del Tenerife, Pelayo López, al frente de una comisión de la directiva, representantes de la Federación de Fútbol y el Colegio de Árbitros y numerosos aficionados se dieron cita en el muelle capitalino para dar la bienvenida a los ilustres visitantes, que se hospedaron en el Hotel Pino de Oro y gozaron de un amplio programa de actividades, con acceso preferente al Golf Club de Tenerife y al Balneario, entre otras instalaciones.

En paralelo, se efectuaron trabajos de ampliación del graderío del Stadium y se coordinó con el gobernador civil un dispositivo de seguridad extraordinario, con el fin de evitar incidentes, a tenor del movimiento de personas que se produciría en esas fechas en torno al recinto de la calle de San Sebastián. Fuerzas de la Guardia Civil a caballo realizaron un servicio de vigilancia en los alrededores, en evitación de que nadie se acercara a los muros. En el interior, treinta guardias de asalto cuidaron de mantener el orden, al mando del teniente Mariné. Y en las entradas y salidas del campo, el inspector de carruajes, señor Franquet, dispuso un servicio especial, a cargo de los guardias de tráfico.

Tras la disputa de los tres encuentros concertados, el balance resultó más que satisfactorio. La gira del Everton se saldó con un éxito inequívoco. La afición tinerfeña (y canaria) se vio complacida con la visita de los pross y el hecho quedó grabado en la historia. De aquí y de allá.

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